3. La construcción de un relato

   En este apartado comenzamos de lleno con el proceso de creación de un texto narrativo.
   ¿En qué debemos pensar antes de disponernos a iniciar un relato? Sigue estos sencillos consejos:

1.- Déjate llevar por la inspiración. Siéntate delante de una superficie cómoda para escribir. Cierra los ojos suavemente y respira hondo. Cuando notes que estés relajado, pregúntate: ¿Sobre qué me gustaría escribir?
   Si tienes suerte, en seguida, se te ocurrirá una idea, una imagen, un sentimiento, una situación. Parte de esa idea e intenta darle forma de historia, piensa en un planteamiento, nudo o desenlace.
   Si no tienes tanta suerte y ves que no se te ocurre nada, excepto pensar que qué tontería te ha mandado la profesora y que todo esto es una pérdida de tiempo, date unos segundos más e intenta visualizar un punto negro en mitad de una pared blanca, en un instante seguro que algo te viene a la cabeza.
   También puede ocurrir que lleves un rato y no venga nada. No te preocupes, pasamos al punto 2.

2.- Si no se te ocurre de qué hablar puedes ir haciendo un listado de los elementos narrativos que quieres que estén presente en tu texto.
   Comienza por los personajes, que suele ser más sencillo. Decide primero si quieres elegir un personaje plano o redondo, según quieras desarrollar su personalidad en el texto. 
   Si eliges uno plano, el personaje es lo de menos y lo que importa es la trama, es decir, la historia que vas a contar.
   En cambio, si eliges uno redondo, debes saber que se te pide que interiorices ese personaje y puedas ver cómo se siente, cómo actúa, por qué se comporta de ese modo...
   Tanto si eliges uno u otro, anota el tipo de personaje que es, añade datos de su vida, su nombre, aficiones, algún rasgo físico relevante, o no. Es decir, escribe una ficha con todos los personajes que quieres que aparezcan y sus rasgos característicos, tanto físicos como psicológicos.

3.- Si con los personajes no has acertado por dónde empezar, prueba con otro elemento narrativo, el espacio, por ejemplo. Situar a los personajes y la trama en un lugar determinado condiciona el tema de la historia, el tipo de personajes o la relación que pueda darse entre ellos.
   Situando nuestro espacio narrativo en una jungla, se da por hecho que los personajes típicos de ese entorno serán nativos que seguramente interactúan con un personaje extranjero, caracterizado por la valentía, fortaleza, el conocimiento de la lengua aborigen, con espíritu aventurero, etc.

4.- Comenzar tu relato "in media res" también ayuda a que comiences a escribir. Es decir, si tu relato empieza colocando a tus personajes en una situación extrema, por ejemplo, el protagonista está a punto de ser lanzado al aire por un personaje malvado, te da pie a poder hacer saltos en el tiempo hacia delante o hacía atrás para explicar cómo han llegado los personajes a esa situación, o qué pasará después.

5.- Puedes empezar tu relato con un diálogo, monólogo, frase de despedida, una nota encontrada debajo de la puerta de tu casa, y que sea el motor que inicie la historia.

   Como ves, todas estas ideas pueden ayudarte a arrancar la historia, pero eres tú quién debes dar rienda suelta a tu creatividad y crear tu propio mundo ficcional. Es la oportunidad perfecta para convertirte en el dios de toda tu creación. ¡Aprovéchalo!

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